
“Los Diputados del Estado de México: ¿trabajo o pasatiempo con sueldo garantizado?”
Dicen que ser diputado en el Estado de México es un trabajo de tiempo completo. Claro… si “tiempo completo” significa llegar tarde, levantar la mano de vez en cuando y posar para la foto del boletín.
En teoría, hay 75 diputados en el Congreso mexiquense —45 electos por mayoría relativa y 30 por representación proporcional—. En la práctica, parece que hay menos: a la hora de las sesiones el recinto se ve tan vacío que uno pensaría que están grabando una película de suspenso titulada “La Curul Fantasma”.
El Congreso mexiquense es, además, uno de los más caros del país. Solo en el periodo 2022–2023 costó más de 1,255 millones de pesos a los contribuyentes. Sí, leyó bien: más de mil doscientos millones para mantener en operación un edificio donde a veces no hay quórum.
Cada diputado local gana cerca de $149,684 pesos brutos al mes, lo que deja un salario neto de unos $99,965 pesos mensuales. Si lo multiplicamos por 75, estamos hablando de casi 7.5 millones de pesos al mes solo en sueldos, sin contar asesores, choferes, viáticos, celulares, gasolina y, por supuesto, los honorables “gastos de representación”.
Mientras tanto, las comisiones —esos grupos donde deberían analizar leyes, revisar presupuestos y representar al pueblo— a veces parecen clubes de lectura sin lectura. Se convocan, se posponen, se cancelan… y al final todo se aprueba “por unanimidad”, aunque nadie explique qué se votó.
Comparémoslo con otros trabajos:
• En una fábrica, si no llegas, te descuentan el día.
• En una oficina, si no entregas resultados, te llaman la atención.
• En el Congreso, si no asistes, te justifican la falta y te aplauden en la próxima sesión.
Quizá la próxima reforma debería ser la “Ley de asistencia obligatoria con evidencia de trabajo real”. Aunque, siendo honestos, es más probable que aprueben una para declarar el “Día Estatal del Selfie Legislativo”.
Mientras tanto, los mexiquenses seguimos pagando una nómina de lujo para un trabajo invisible. Porque, entre discursos, ausencias y aplausos mutuos, una pregunta sigue flotando en el aire del recinto:
¿qué hacen realmente los diputados del Estado de México… además de cobrar?
